Ayuí Punto de Encuentro.
Este nuevo “Campamento a la orilla del Ayuí” es, necesariamente, simbólico, pero, al igual que aquella derrota llevó a la gesta artiguista al éxodo del pueblo Oriental, la coyuntura política actual nos invita a la pausa, a la reflexión y, sobre todo, a pensar todos juntos acerca de los enormes desafíos que tenemos por delante, agudizados, además, tanto por un gobierno que no hace otra cosa que marketing y propaganda publicitaria, como por esta pandemia que ha venido a trastocarlo todo.
Siguiendo la senda del General Seregni desde que inauguró el Centro de Estudios Estratégicos 1815 y, luego de su muerte, la continuación bajo el nombre de Centro de Estudios Estratégicos Ayuí, nos parece oportuno retomar el camino para promover estudios, seminarios y actividades culturales que nos permitan reforzar nuestros lazos siempre en el marco de la fraternidad y de la unidad de todos los sectores progresistas.
Creemos imprescindible consolidar un ambiente de intercambios, de profundización y de difusión de los temas actuales y de largo plazo.
Por eso Ayuí Punto de Encuentro. Inspirados en aquellos antecedentes que tanto aportaron desde fines del siglo pasado con miras al Uruguay 2030, ahora se necesita mirar más allá, porque el mundo entero entró en otra etapa de la historia.
La pandemia, por otra parte, ha dejado de manifiesto la enorme capacidad de producción que permitan las nuevas tecnologías: el trabajo a distancia, la telemedicina, los cursos online, la difusión de noticias y de cultura vía streaming son una realidad rotunda, no admiten dudas e, incluso generan nuevas formas de intercambio y de desarrollo.
Ayuí Punto de Encuentro, tiene que ser un núcleo para la construcción de propuestas culturales, sociales, políticas y comunicacionales. Más que nunca debemos procurar comprender los fenómenos nuevos y hacer uso de las redes sociales paso a paso, y poco a poco, de forma responsable.
El camino es largo pero tenemos herramientas al alcance de la mano. Con más razón si partimos de las actitudes que hemos tenido siempre: el abrazo fraterno, el oído dispuesto y la unidad como una práctica natural.